El discreto encanto de Los Roques

El discreto encanto de Los Roques

19 Julio 2009

Hay imágenes que impactan. Que se quedan clavadas en el inconsciente como un recuerdo del que jamás nos desprenderemos. Así es Los Roques, una postal de azules que se pierden en el infinito y en el alma de quienes llegan a este archipiélago. Para quienes lo visitan por primera vez, se trata de una experiencia inenarrable. Debe ser por eso que la mayoría siempre repite la aventura: para ver, si algún día, logran convertir en palabras el exotismo de estos cayos paradisíacos. Tal es la belleza de este tesoro, que se ha convertido en la parada obligada de algunos de los nombres más rutilantes del show business internacional, el jet-set y el mundo de los negocios. Para los habitantes del archipiélago, ver la estampa de Giselle Bundchen paseándose en uno de los cayos o toparse con Harrison Ford en la plaza del pueblo es algo posible. Que Gérard Depardieu se prepare su propio desayuno en la cocina de una posada es, para quienes fueron sus anfitriones, una anécdota para rememorar. Y eso a pesar de que, según los responsables de recibir a estos invitados VIP, este tipo de visitas "estelares" ya no son tan frecuentes como en otras épocas. "Yo tengo 20 años aquí y comencé en la posada en 1993, y te puedo decir que antes venían más famosos que ahora, porque Los Roques no era tan conocido. Hoy en día están llegando más turistas, pero menos famosos, porque ellos buscan sitios que no conoce nadie. Cuando comenzamos teníamos sólo tres habitaciones y no había agua dulce, teléfono, nada. Y a la gente le encantaba porque esa sencillez era lo que estaban buscando", explica Ángelo Belvedere, un siciliano que llegó a Venezuela como arquitecto a diseñar una casa para unos compatriotas y terminó viviendo y trabajando en El Gran Roque, como dueño de la posada Acuarela. La rusticidad del archipiélago, tan alejado de las excentricidades, es precisamente lo que hace que de vez en cuando, cualquier turista de a pie aún pueda ver a una estrella de Hollywood o a una modelo de cerquita. Elena Battani es una italiana que vio un reportaje de Los Roques en una revista de su país, vino de visita, se enamoró del colorido de la isla y desde hace 13 años recibe a quien quiera llegar a Mediterráneo, su posada. Ella complementa lo dicho por Belvedere: "Los famosos eligen venir aquí porque es un lugar muy apartado y porque es una zona del Caribe en donde no hay el estrés y el lujo al que están acostumbrados. Ellos pueden ir a Mustique, que queda cerca de aquí, pero tienen que estar vestidos como si estuvieran en Nueva York, mientras que aquí salen en shorts, en un ambiente muy familiar aunque con todos los servicios". Paseo de la fama roqueño. Los que sueñan con los ángeles de Victoria Secret tienen una buena noticia: las chicas aladas pisan suelo patrio de manera consecutiva desde hace tres años. Su parada oficial: La posada La Gotera, aunque quien las reconozca probablemente no tenga éxito en su intento por abordarlas. Argenis Montilla, sub gerente del lugar ­y quizá el anfitrión más afortunado de todo el Caribe­ lo cuenta: "Ellas vienen una vez al año a hacer los catálogos. Son un poco más exigentes que otros famosos, pero su caso es distinto porque están aquí por trabajo, así que la actitud es diferente. Ellas se relacionan con nosotros, pero sólo lo básico. Van a la playa en sus propios charters. A veces ni siquiera comen en la posada, sino que se van a otros restaurantes". Lo que sí puede hacer un fan de Giselle Bundchen o Adriana Lima es estar atento para salvarlas cuando el "peligro" aceche: "Una de esas modelos estaba en la primera habitación y un día salió gritando: `Auxilio, una cucaracha’. Y cuando entré al cuarto salí corriendo yo también. Supongo que me llamó para que la matara, pero yo también le tengo fobia a las cucarachas. Pobrecita, ella confiaba en que yo la iba a ayudar", cuenta Montilla, sin pena ni gloria. Otras no le temen a las cucarachas, sino a estar alejadas del lujo. Fue lo que le pasó a una de las princesas Borghese (de la nobleza italiana) cuando llegó al Gran Roque, en los inicios de la posada Acuarela: "A ella le chocó el sitio. Se encontró en un lugar en el que no había teléfono, televisor, agua caliente ni aire acondicionado. Pero después de 48 horas no se quería ir. Recuerdo que llegó con su pose de nobleza y me dijo `por favor, pásenme las llamadas a la habitación’. Y yo le dije: `pero si aquí no hay ni teléfono’. Todos los días decía: `Yo me voy de aquí, me voy para Aruba’. Y se fue quedando hasta que duró una semana", recuerda Ángelo Belvedere. La presencia de personajes destacados en el Gran Roque es casi una constante para sus habitantes. Tan es así, que cuando algunos se alborotan, el resto ni se inmuta. Así le pasó a Battani: "Un día estaba hablando por teléfono con un amigo y le digo: `yo creo que por aquí está pasando un cantante, tiene una cara conocida’. Cuando la persona pasó por el frente de la posada, toda la gente salió a saludarlo y a besarlo. Resulta que no era ningún cantante, era Harrison Ford". Sí, el mismísimo Indiana Jones, hace cuatro años recorrió el pueblo y se quedó en Macanao Lodge con un grupo, incluyendo sus guardaespaldas. Quien no pasó desapercibido para Battani fue el actor francés Gérard Depardieu. "Él se preparó su propio desayuno, fue a la plaza y jugó con los niños del pueblo. Aquí todo el mundo lo reconoció. Es enorme, con una energía que va hacia afuera. Es un personaje". De su gusto por la cocina queda un registro fotográfico en la posada El Canto de la Ballena. Quien se asome a la posada verá en la parte alta tres fotografías del actor mientras cocina con Nelly Camargo, la dueña del lugar. Allí también estuvieron los integrantes del grupo español Chambao. La relación que forjaron con Camargo desde hace tres años fue tan fructífera, que el grupo le dedicó una canción. "Ellos estuvieron cantando en Caracas, Nelly estaba ahí y ellos la llamaron al escenario", cuenta Belvedere. Para quien lo dude, sólo debe escuchar la primera estrofa de la canción con el nombre de la posada: "Oh mamá Nelly, oh mamá Nelly /El canto de la ballena /yo te invito a visitar /donde bailan con luna llena /donde el cielo nace del mar". Pero no todos los encuentros son tan dichosos. Argenis Montilla, de La Gotera, lo sabe: "Una vez estaba en Francisqui haciendo snorkel y había un tipo parado sobre los corales. Yo lo vi, le hice señas para que se bajara y seguí porque estaba guiando a un grupo. Cuando saqué la cabeza, el tipo seguía parado sobre el coral. Le dije: `Oye, vale, ¿no te dije hace rato que te bajaras de ahí? Y me respondió: `Sí, es verdad, disculpe’. Yo pensaba: `a este señor lo conozco’. Y era Ricardo Arjona". Una semana "normalita" El Gran Roque parece un lugar anodino y apacible. Sin embargo, es el epicentro de muchas actividades y eventos. Este mes y durante tres días, la marca de relojes TagHauer realizó en esas tierras el lanzamiento oficial ­y exclusivo­ del Aquaracer 500, un reloj de lujo diseñado para buzos profesionales. También estuvo el equipo de FashionTV ­modelos incluidas­ grabando un programa especial sobre las islas venezolanas. Mientras que algunos lugareños comentaban sobre la llegada de un famoso Carlos ­Baute o Vives­ que se estaba alojando en una casa privada. Todo en la misma semana. Lo que en otro lugar podría causar conmoción, para los habitantes del archipiélago es una constante que a nadie toma por sorpresa. Estrellas en el mar. No todos los " top" que llegan al Parque Nacional Los Roques pisan la arena de los cayos. Muchos se van en veleros o yates propios, o alquilados. Todo con un único objetivo: pasar desapercibido. Amílcar Pérez es el dueño del velero Koala desde hace 19 años. En su embarcación ha estado desde Alejandra Guzmán hasta Alessandro Gucci. El actual dueño de la firma de lujo pidió escuchar salsa durante todo el día y tomar ron venezolano. "Alejandra Guzmán ha venido dos veces. La primera fue por el programa Atrévete a soñar. Un policía de Chacao soñaba con conocerla y más de un sueño se le hizo realidad". Especular al respecto es un absurdo. Cristina Radonsky llegó de Italia en los años 90. Conoció al que sería su esposo y se fueron a vivir juntos a un barco. En 1999, compraron el catamarán Pitugüey y al año siguiente comenzaron sus operaciones comerciales. Hace cinco años tuvo un invitado de alto calibre: "Tuvimos al señor Bush padre. Vino en dos oportunidades. La primera por cinco días y la segunda por nueve días. Él se estaba quedando en otro barco, sólo vino a comer, pero estuvo aquí por cuatro horas. Es un señor muy agradable, tuvimos una conversación muy informal y divertida con él y con su hija, que lo estaba acompañando. No se comportaba como un ex presidente, sino como un hombre normal". Tan normal, que llamaba al esposo de Radonsky `mi capitán’. "Ese señor estaba feliz. Brincaba de un barco a otro como si tuviera 20 años". Si hay algo en lo que todos coinciden es que cuando un famoso está en Los Roques se comporta como un turista más, aunque eso implique ciertas limitaciones. "Ellos dicen que esto es un paraíso, porque están aquí y luego pueden irse a cualquier isla a pescar. Además, todo es muy sencillo, y eso es lo que ellos buscan. No es el Caribe lujoso de las fiestas, los restaurantes y la parafernalia", dice Battani. "Los famosos están acostumbrados a ir a hoteles lujosos. Cuando llegan aquí hay que explicarles que el agua la racionan a 16.000 litros a la semana y que debemos ahorrar electricidad para cuidar el ambiente. Ellos también deben respetar las normas y no he tenido problemas con eso. No vamos a romper las reglas porque venga alguien famoso. Todos se acoplan a lo que hay y yo creo que les encanta", asegura Montilla. Belvedere lo resume así: "La mayoría de esta gente viene justamente porque no quiere lujos y que nadie los reconozca. Así que mientras más sencillo, mejor". Fuente: Isbel Delgado / El Nacional.com

Publicado por Los Roques Interactivos!