Historia
El Parque Nacional Los Roques se encuentra a 176 kilómetros al norte de la ciudad de Caracas y constituye uno de los reservorios naturales más grandes del Caribe. Con 42 islotes, es considerado el parque marino más grande de América Latina.
Fue decretado parque nacional el 8 de agosto de 1972 como homenaje a los cien años de la creación del primer parque nacional del mundo ubicado en los Estados Unidos: el Yellowstone, con el fin de proteger los ecosistemas existentes en el archipiélago y establecer una explotación racional y limitada de sus recursos naturales que permita su conservación y disfrute.
La formación de este hermoso lugar se remonta al período Cretácico Superior. El Gran Roque se originó de rocas ígneas (volcánicas) que sufrieron metamorfización. Por su parte, el relieve submarino se formó a causa de las corrientes marinas y de la acción de flora y fauna marina, como corales y moluscos.
Los hallazgos arqueológicos como vasijas, figuras antropomorfas y restos de alfarería indican que temporalmente se asentaron poblaciones indígenas en ese territorio. Según las investigaciones de Marlene y Andrzej Antczak se trató de aborígenes con conocimientos bastantes avanzados provenientes del Lago de Valencia, que acudían regularmente a Los Roques. Igualmente, los estudios arrojan que dichos pobladores mantenían relaciones comerciales con aquellos que habitaban la costa central y occidental de Venezuela.
Cabe destacar, además, que durante las excavaciones no se halló ningún objeto de origen europeo, lo que hace suponer que para los años de la conquista ya no habitaban indígenas en el archipiélago.
Cayo Sal es considerado el yacimiento precolombino más antiguo, allí se han hallado herramientas metálicas, calderos, restos de botellas y platos de arcilla, entre otros artículos. Sus habitantes fueron pescadores, cazadores de tortugas, recolectores de botutos, extractores de sal y, además, se dedicaron a la quema de piedras de coral en hornos con la finalidad de producir cal útil para construir edificaciones, tanto en este cayo como en Gresky, Rancho Inglés y Sebastopol.
Entorno al S. XIV arribaron al archipiélago hombres provenientes de Curazao, Aruba y Bonaire. A partir de 1529, se pudo apreciar en los mapas españoles lo que hoy conocemos como Los Roques.
Diego de Osorio, gobernador de la provincia de Venezuela, ordenó en 1589 la toma de posesión oficial de este territorio. A partir de ese momento en Los Roques, Las Aves, La Orchila y La Tortuga se levantaron cruces de madera y se oficiaron misas.
Es importante acotar que a pesar de que los españoles acudieron al archipiélago para explotar sus recursos naturales, nunca lo integraron a la actividad socioeconómica de la provincia.
Durante el siglo XVIII Los Roques y las islas vecinas se llenaron de hombres que buscaban perlas y de piratas que se dedicaban a asaltar a los barcos de la Compañía Guipuzcoana y a los poblados desprotegidos. En el siglo siguiente se comenzó a explotar el guano (excremento de aves marinas rico en fósforos y nitrógeno), la cal de los corales, el abono químico de los manglares, el carbón vegetal y el tanino de la madera del mangle rojo.
En 1871 el presidente del momento, Antonio Guzmán Blanco, proclamó la creación del Territorio Colón que incluiría todas las islas cercanas menos Margarita, Coche y Cubagua. La sede del gobierno regional fue designada en el Gran Roque y la sal explotada fue declarada propiedad nacional. No obstante, estos planes no llegaron a feliz término.
Para 1886 el gobierno venezolano otorgó un contrato al holandés Cornelio Boyé para que explotara dichos depósitos con personal curazoleño; esto fomentó la economía del lugar.
Seis años más tarde, el gobierno le dio al General Félix Mesa un contrato a través del cual se comprometía a colonizar Los Roques en poco tiempo utilizando margariteños y holandeses. No obstante, la condiciones del mismo, entre las que se incluía la plantación obligatoria de cocoteros en las islas llevó a su anulación.
Una de las huellas más fácilmente palpable de la presencia de curazoleños son los nombres de los cayos, la mayoría provenientes de vocablos del papiamento.
En el Gran Roque se concentra la población de este parque nacional. Fue a partir de 1910 que se comenzó a formar el pueblo de mar que hoy se puede admirar, gracias en su mayoría a familias de pescadores provenientes de Margarita. Una pista de aterrizaje, un dispensario, una escuela que forma a los jóvenes hasta 9° grado y una Fundación Científica que difunde la importancia de la conservación del parque son parte del modo de vida en este lugar.
Se está trabajando en la instalación de fuentes de energía limpias, pues hasta ahora las plantas eléctricas funcionan con gasoil, que se basen en la energía solar o eólica, elementos siempre presentes en el archipiélago.
Desde hace más de ochenta años los habitantes del archipiélago buscan conservar ese paraíso caribeño, cuidando sus recursos naturales y centrando su actividad económica en la pesca y el turismo. Cada día hay más posadas que albergan día tras día visitantes de todo el mundo que desean deleitarse con las blancas arenas, las aguas cristalinas y la amabilidad de la gente de Los Roques.
Fuente de este Articulo :www.mipunto.com
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